La empresa ARM prohíbe a Huawei usar su tecnología para la fabricación de sus chips en sus móviles
El proveedor de componentes británico, uno de los más fuertes junto con Intel y Qualcomm, alega en un documento interno que sus diseños se basan en una arquitectura de origen estadounidense, sumándose así al veto impuesto a la firma china.
Nuevo veto a un animal herido. Si no era suficiente viacrucis vivir sin el ecosistema Android, a Huawei se le complican aún más las cosas para mantener su posición de dominio dentro del mercado de la telefonía móvil. La empresa británica ARM, proveedora de componentes necesarios para su fabricación, ha suspendido las licencias acordadas con la firma china.
Con esta decisión, le prohibe utilizar la tecnología necesaria en la fabricación de microprocesadores empleados en algunos de los dispositivos de la compañía como sus últimos modelos, los Huawei P30. Según ha avanzado la cadena BBC, que cita documentos internos, el principal diseñador de chips de Reino Unido, y una de las compañías más importantes del sector junto con Intel o Qualcomm, ha tomado posiciones en el veto sobre el gigante chino de tecnología suspendiendo todos los acuerdos.
De esta manera, la firma china se ve abocada a desarrollar sus propios componentes, un proceso lento y costoso que no está al alcance de todos. Esta medida supone una nueva traba de cara a mantener su posición en la industria y que, a larga, puede ser incluso la puntilla para Huawei. Aunque todavía no se ha hecho oficial, ARM ha ordenado a sus empleados a suspender «todos los contratos vigentes, derechos de soporte y cualquier compromiso pendiente» con Huawei y sus empresas subsidiarias.
El proveedor, propiedad del conglomerado japonés Softbank, ha justificado esta decisión a través de un documento interno que sus diseños de microprocesadores contienen tecnología de origen estadounidense. El pasado 16 de mayo, la plantilla de ARM conoció a través de una circular la decisión, después de que Estados Unidos añadiera a Huawei a su «lista negra» de compañías con las que EE.UU. no pueden hacer negocios. En la actualidad, cuenta con oficinas en California, Washington, Texas y Massachusetts.