El testimonio de una víctima de ciberacoso: “Me destruyó dejándome el alma vacía”
El ciberacoso puede afectar, en algún grado, al 40% de los adultos, la mayoría mujeres.
A continuación se recoge el testimonio real realizado por Cristina L. G., víctima de ciberacoso, para Observatorio de Delitos informáticos de Canarias:
Todo comenzó en enero de 2007, cuando entré por primera vez a la red social Terra, allí utilizaba el chat para conocer nuevas amistades. Jamás habría imaginado que aquello cambiaría tanto mi vida. Ahí estaba él, y al día siguiente y al otro y durante meses. Correcto y educado, atento y culto, alguien con quien podrías hablar de todo y sin querer pasamos a una “amistad en línea”.
Con el tiempo lo agregue al MSN, nunca llegamos a conocernos, yo era casada y él supuestamente con novia, fue inevitable enamorarme de él... pero realmente desconocía el perverso demonio que había detrás de la pantalla y yo era carne de cañón, vulnerable y emocional con todo aquello de lo que un psicópata se alimenta.
El 21 de mayo de 2009 fue la última vez que hablé con él porque dio paso a quien realmente era. Meses más tarde apareció siendo un demonio, sabía todo de mí, mis puntos débiles, cómo sentía y lo que sentía y por ahí comenzó... Yo lejos de ser consciente de lo que sucedía me sentía confusa, cómo podía odiarme tanto, cómo podía ser tan cruel. Era incapaz de alejarme de él por mucho que hiciera.
Cuando comencé con terapia psicológica descubrí la verdad, pero aun así tardé mucho en poder alejarme de él. Estaba bajo la manipulación sutil de un psicópata que se alimentaba de mí, que primero empezó con la fase de encantamiento para luego, cuando ya me enganchó como una droga, me destruyó dejándome el alma vacía. Siempre me decía “si mi gatita se pierde yo la encontraré” o “me da igual que estés con otro porque sabes que eres mía”.
Cuando comencé a escapar de su manipulación, me di cuenta que gran parte de los contactos de mi MSN eran él, diseñando una estrategia para contactar con personas de mi entorno. Llegó a hackear mi ordenador, localizar mi dirección y me decía cosa como: “qué guapa ibas hoy”.
Yo no sabía quién era él, todos sus datos eran mentira y ahí comenzó mi terror, nunca sabía lo cerca si estaba cerca de mí, jamás lo sabría. En alguna ocasión me dijo después de una broma “cuando me levante te mato”. Empecé a sentir miedo, y comenzó a controlarme cada paso, si no contestaba al teléfono no paraba de llamar, si no contestaba al MSN, no paraba de mandar mensajes y sonidos. En una de sus llamadas, me aterrorizó su risa perversa y de loco, aquello me asusto aún más y decidí ponerle fin diciéndole que no me escribiera nunca más.
A partir de ahí, comenzó lo peor de su rabia y su ira. Tuve que cambiar de trabajo, teléfono, mudarme y siempre con el miedo de que supiera donde estaba en cada momento. Jamás fui la misma, sufría la traición, el miedo y todas las secuelas que deja un psicópata narcisista, la muerte del alma.
A lo largo de todo ese tiempo, accedió a mis perfiles, modificando la información y anunciando mi teléfono en páginas web de servicios de chicas “scort” en Zaragoza, enviándome continuamente mensajes. También realizó desvíos a mi cuenta de facebook de perfiles de prostituta e intercambios de pareja, de los cuales me llegaban decenas de mensajes al día hasta tener que cerrarlo.
Necesité desaparecer para recuperarme con el miedo contaste de que me encontrara, dejé de salir de casa, y lo poco que lo hacía, me aseguraba de ir mirando las caras de las personas con las que me cruzaba, volviendo la mirada atrás continuamente para asegurarme de que ningún coche me seguía.
Cuando volví después de varios años al Facebook, volvió a comenzar otra vez todo, aun cambiando de nombre los perfiles, él me volvía a encontrar con el tiempo. Un psicópata siempre vuelve a por su antigua víctima y jamás paran hasta acabar lo que empezaron su destrucción total, vuelven una y otra vez desesperado. Víctima de acoso reiterado, estrés postraumático con el desgaste psicológico que conlleva mantenerte fuerte siempre por encima de todo porque él aún está ahí, esperando tu caída porque cada vez que contacta es reabrir la herida que jamás cierra.
Las secuelas son terribles, no soy capaz de encontrarme a mí misma, mis emociones, mis sentimientos, mi alma. El miedo constante de que me encuentre, y el terror de no ser lo suficientemente fuerte para mantenerme siempre fuerte y caer de cabeza en el inicio. El miedo de conocer a alguien a través de las redes sociales y pensar que detrás puede estar él, la destrucción de la autoestima, insomnio, pesadillas, puntualmente amnesia que la mente provoca para soportar tanto. Son tantas las secuelas. Y él siempre ahí con sus continuos perfiles y mensajes y me niego a creer que el resto de mi vida será así.
Recomendaciones del ODIC ante el ciberacoso
El testimonio de Cristina L. G. es desgarrador y muestra cómo un psicópata con ciertos conocimientos informáticos (no hace falta que sean excesivos) te puede destruir la vida.
Por ello, desde el observatorio de delitos informáticos de Canarias –ODIC, que ha compartido este caso real de ciberacoso, ofrecen una series de pautas para prevenirlo en la red por parte de los usuarios más vulnerables, especialmente niños y mujeres.
No hay que olvidar que el ciberacoso puede afectar, en algún grado, al 40% de las personas adultas, la mayoría de ellas mujeres, como ya publicó recientemente Escudo Digital:
1. Pensar antes lo que vas a postear. Hay que ser precavido en no desvelar ninguna información personal que se quiera compartir online, especialmente correos electrónicos privados, chats y mensajes de texto (SMS). Recordar que cualquier información publicada por el usuario puede ser compartida por otras personas.
2. Sé agradable online. Si haces comentarios irrespetuosos a través de las redes sociales existe mayor probabilidad de que te conviertas en víctima de ciberacoso. Trata a las personas como a ti te gustaría que te trataran.
3. No seas cómplice y denuncia el ciberacoso. No te conviertas cómplice ante el ciberacoso, nunca hay que ser indiferente ante este tipo de situaciones y, es primordial defender a la víctima.
En caso de que seas un menor, acude a tus padres, profesores u otros adultos que tengan capacidad para informar y actuar ante el mal comportamiento. Y, sobre todo, es importantísimo, si estamos sufriendo ciberacoso o creemos estar ante la presencia de un ciberacosador, el cual está constantemente espiándonos o vigilándonos física o virtualmente, debemos llamar de inmediato a la Policía Nacional Española 091 para comunicar nuestras sospechas de ciberacoso siempre aportando las pruebas necesarias del hecho cometido para que la policía proceda a realizar las pesquisas necesarias y poder identificar al sujeto en cuestión.
Al denunciar el ciberacoso, estás ayudando a que otras personas no caigan y, al mismo tiempo, poder desvelar si otras personas han sido víctimas de ciberacoso por parte de la persona denunciada.
4. Denuncia la existencia de publicaciones denigrantes (comportamiento de violencia digital que se produzcan a través de internet) al proveedor de servicio de email, telefonía, mensajería instantánea, redes sociales o cualquier otro servicio on-line. Si el contenido es ilegal o no cumple las normas de la comunidad, la red social en cuestión, puede eliminar dicho contenido de Internet. Pero, si la actitud acosadora persiste, busca información de la cuenta del ciberacosador y guarda los mensajes ofensivos, fotos o copias de las conversaciones on-line.
Las formas más graves de ciberacoso deben ser comunicadas a la policía para que las fuerzas de seguridad inicien con los procesos legales.