Bill Gates ha renunciado este viernes a la Junta Directiva de Microsoft, poniendo punto y final a su relación con el gigante tecnológico que fundó hace 45 años.

Según un comunicado oficial, Gates deja su puesto en la Junta para dedicar más tiempo a sus preocupaciones filantrópicas, como la salud global, el desarrollo, la educación y la lucha contra el cambio climático. Seguirá actuando como “asesor tecnológico” del CEO de la compañía, Satya Nadella, y de otros altos ejecutivos.

Bill Gates es el segundo hombre más rico del mundo por detrás de Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Fue director ejecutivo de Microsoft desde 1975 hasta 2000, cuando cedió el testigo a Steve Ballmer, que en 2014 haría lo propio con Nadella. Bajo su liderazgo, Microsoft dominó durante décadas el mercado de los sistemas operativos, pero también fue denunciada por sus tácticas anticompetitivas.

De alguna forma, Gates ha logrado redimirse de aquello gracias a su trabajo filantrópico en la Fundación Bill y Melinda Gates, que administra junto a su esposa. El magnate se ha comprometido a donar la totalidad de su patrimonio en vida, y ha pedido a otros millonarios que donen al menos el 50% del suyo.

En 2014, Gates dejó la presidencia de la Junta Directiva de Microsoft. Ahora se marcha definitivamente de la compañía. ¿Su mayor error en todos estos años? No haber centrado sus esfuerzos en el móvil para que Windows Mobile sea lo que hoy es Android. O eso piensa él. En cualquier caso, deja una compañía más abierta y más fuerte gracias a una acertada apuesta de Nadella por la nube.

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