China sube la apuesta y prohibe computadoras extranjeras en oficinas públicas
Ante las acusaciones de espionaje de USA, la guerra comercial abierta y el impedimento a sus empresas a mantener acuerdos comerciales con otras compañías occidentales, China ha tomado una decisión drástica: prohibir toda tecnología extranjera en todas las oficinas gubernamentales.
El 'caso Huawei' ha dejado profundas huellas en China. Aquello que para Donald Trump resultó casi anecdótico, en cuanto a aplicar restricciones a una empresa de su competidor / interlocutor asiático, para Xi Jinping fue / es dramático e impone la necesidad de autonomía en todo el desarrollo tecnológico chino.
Según el diario británico Financial Times, Beijing busca una mayor independencia tecnológica con un ambicioso plan que hará reemplazar hasta 30 millones de equipos en los próximos 3 años, un plazo en el que se espera que cese la dependencia de tecnología extranjera.
Los equipos de Lenovo, empresa de Taiwan que le compró en su momento la División Computadoras a IBM, son uno de las principales marcas más usadas en las oficinas estatales, pero dentro del equipo muchos componentes son de USA.
El analista de China Securities Shi Zerui explica a Bloomberg que "la guerra comercial también podría ayudar a crear un nuevo mercado para productos domésticos". Se podría reactivar el ambicioso plan 'Made in China 2025', lanzado en 2015 y que buscaba impulsar la tecnología propia pero quedó frenado ante las tensiones comerciales.
Debe recordarse que Huawei trabaja duro con ese objetivo. Durante 2020 la compañía china extenderá su sistema operativo Harmony, diferente a Android, a más productos, y los promocionará tanto en su país de origen como en el extranjero, aunque seguiría sin incluirlo en sus smartphones.
Según ha contado un portavoz de la compañía a Reuters, Harmony OS estará presente en televisores, relojes inteligentes y altavoces.
según estimaciones de China Securities basadas en solicitudes gubernamentales y presupuestos.
La exigencia de uso de tecnología china se respaldará en la Ley de Seguridad Cibernética aprobada en 2017 que indica la necesidad de uso de tecnología "segura y controlable" en el país. Así pues, aunque la renovación de los equipos será en las agencias y oficinas gubernamentales, también se extenderá a industrias clave como finanzas, energía o telecomunicaciones.
Así por ejemplo, se estima que los bancos chinos pasarán de usar tecnología de IBM y Oracle a proveedores de arquitectura X86 más diversificados y, finalmente, a hardware totalmente fabricado en China.
El principal reto al que tendrá que hacer frente China es la complicada sustitución de algunos componentes y sistemas como los semiconductores de proveedores como Intel o Nvidia, así como el software de Microsoft o Apple.