¿Puede sobrevivir Huawei con un sistema operativo propio?
La suerte de Windows Phone o BlackBerry OS no presagia un futuro halagüeño a la firma china
El veto de Estados Unidos a Huawei y el paso dado por Google de vetar las actualizaciones de Android ha dejado a la firma china en una posición muy complicada. A la espera de que se confirme el veto de forma definitiva, tras aceptar una tregua la administración de Donald Trump, la compañía se enfrenta a la posibilidad de ser expulsada del duopolio de sistemas operativos que domina el mercado.
Huawei ha tratado de tranquilizar a sus usuarios y ha asegurado que ya trabaja en el desarrollo de un sistema propio. El CEO del negocio de Consumo de Huawei, Richard Yu, ha dicho que su plataforma alternativa estará disponible en otoño, y será compatible con las aplicaciones del sistema de Google, pese al aviso del gigante estadounidense de que no servirá actualizaciones.
Según informa el medio chino Caijing, que recogen e XDA-Developers, el sistema de Huawei funcionará en ordenadores, teléfonos móviles, televisores, tabletas y otros dispositivos electrónicos que quedarán unificados bajo un mismo sistema.
Hongmeng OS, el sistema operativo que prepara Huawei
El sistema, en el que la tecnológica trabajaba desde marzo, se conoce internamente por el nombre en clave Hongmeng OS, y ya estaría siendo probado en dispositivos móviles.
Pero la pregunta que sobrevuela tiene que ver sobre la posibilidad real de que un sistema semejante prospere. En un mercado claramente dominado por Android en un duopolio con Apple, la respuesta no parece favorable a las pretensiones de Huawei.
BlackBerry OS y Windows Phone
Entre otras cuestiones, para ser competitivo un sistema propio tiene que ofrecer aplicaciones funcionales y actualizadas, algo que no es fácil cuando son los proveedores quienes tienen que desarrollar versiones específicas para dicho sistema.
Ése fue uno de los grandes problemas que lastró a BlackBerry OS y Windows Phone, enterrados ya por la historia. Ni el modelo favorito de muchos directivos ni Windows Phone, el sistema de un gigante como Microsoft, apoyado en otra compañía histórica, Nokia, pudieron abrirse un hueco.