"Paga 1.000 euros... o mando tu vídeo desnuda a todos tus contactos"

2019 03 25 1En el CSI y en JIAP el año pasado la gente de la policia cientifica ya nos habia adelantado que este era uno de los problemas mas comune

Los criminales muestran a la víctima su propia contraseña y le advierten que si acude a las autoridades la grabación verá la luz

Cuando Marta (nombre ficticio) abrió su correo electrónico encontró un mensaje de un remitente desconocido en la bandeja del entrada. El asunto del mail le resultaba familiar. Era la palabra que utiliza como contraseña.

Una vez dentro del mensaje descubre en el primer párrafo que su contraseña se ha visto comprometida. "Sé que (pancho2006) es una de tus contraseñas", reza el correo electrónico.

A continuación, el remitente del email le informa que se ha colado en su ordenador mientras visitaba una web eróticaque le dio acceso a "su pantalla y cámara web", además de emplear un "un software que recopiló los contactos de messenger, las redes sociales y las cuentas de correo electrónico".

El correo prosigue: "después de eso hice un vídeo, la primera parte, muestra lo que estabas viendo (tienes buen gusto, jejeje) y la siguiente muestra la grabación de la cámara web. Sí, eres tú", asegura.

Cuando leyó esto, Marta se encontraba asustada. "Me sentí muy mal y no sabía que hacer porque la contraseña era la buena. Había puesto el nombre de mi mascota", reconoce.

A continuación, el delincuente, que solo se identifica por su nombre de pila en el remitente, lanza un órdago. "Tienes dos posibilidades: la primera opción es ignorar este mensaje y ten por seguro que mandaré tu vídeo desnuda a cada uno de tus contactos e imagina la vergüenza de que todo el mundo lo vea. Además, si estás en una relación, piensa ¿cómo te afectará esto? La segunda opción es que me compenses con 1000 dólares. Considéralo una donación", advierte.

Al igual que Marta, millones de personas han recibido un correo electrónico con una amenaza que se puede resumir en:Paga o pasarás la vergüenza de que todo el mundo te vea en un momento íntimo.

"Pese a que la contraseña sea correcta. La amenaza en estos casos no es real", aseguran a EL MUNDO fuentes del Ministerio del Interior. "Se trata de mensajes genéricos en los que la única información que cambia es el correo electrónico y la contraseña", añaden. Es decir, que pese a que el correo pueda parecer un chantaje, en realidad se trata de una estafa.

"Cometer este tipo de delitos es muy barato. Requiere de una inversión mínima, de unos 10 euros, y todo lo necesario se pueden encontrar en Internet toda la información y los pasos, hasta la plantilla del texto", explica. "Los correos electrónicos y las palabras de paso, la única información que tienen, se encuentran accesibles en la web y algunos de ellos son de cuando hackearon Linkedin, hace más de 10 años", aseguran.

De hecho, según explican, cualquier persona cuyo email y contraseña se hayan visto expuestos en alguna brecha de seguridad informática, y existen varios cientos de millones de direcciones y contraseñas circulando por la red, es susceptible de recibir este tipo de correos electrónicos.

Este es el caso de Marta, cuyo email quedó expuesto en una de las brechas de seguridad, ha recibido distintas versiones de este correo durante las últimas semanas. "La primera vez me pidieron 5.000 dólares. En el siguiente la cantidad bajó a 1.000 euros y después he recibido más con otras cantidades", asegura. "Me quedé un poco más tranquila cuando me di cuenta de que la cantidad bajaba y pensé que podría tratarse de un farol. Nunca pagué", comenta.

Aunque resulta casi imposible saberlo con total certeza, lo más probable es que los distintos mails que recibió Marta -distintas versiones, todas ellas escritas inglés macarrónico- no provengan de un mismo criminal persistente que cambia de dirección, si no que se trata de distintas bandas organizadas. Pese a que en su caso solo recibió los correos en inglés, existen versiones en distintos idiomas y con ciertas palabras clave censuradas, separadas o mal escritas para evitar que los servicios de correo electrónico como Gmail u Outlook envíen a la carpeta de Spam los mensajes que mandan los estafadores.

En los correos electrónicos reclaman que el pago se haga a una cuenta de Bitcoin, una criptomoneda que dificulta seguir el rastro del dinero y que Carles Puigdemont empleó para recaudar donaciones relacionadas con el Procés por esta razón, y avisan al destinatario que si el mail se reenvía o si se ponen en contacto con las autoridades, el vídeo de contenido sexual se enviará a parte de sus contactos (el número, la fórmula y la ejecución exacta de la amenaza cambia levemente según la versión) a modo de advertencia.

En este delito, que cualquiera con unos conocimientos informáticos a nivel de usuario puede cometer, las cantidades de exigidas varían, oscilando entre los 5000 y los 300 dólares, dependiendo del atacante.

Desde Interior advierten de la gravedad y de la sensación de impunidad que impera entre estos delincuentes. "Cada uno de los grupos, normalmente compuestos por tres o cuatro personas, que opera con este esquema puede atacar a millones de personas y se trata de un delito prácticamente imposible de perseguir", sostienen.

"Normalmente envían los correos desde países de Asia y África, y nosotros operamos con un principio de territorialidad. Además, se trata de lugares donde los sueldos son muy bajos y para ellos este es un negocio muy lucrativo porque, aunque solo unos cientos de los millones de personas a los que manden el correo paguen, ya habrán conseguido recaudar una cantidad importante", añaden.

"Es muy parecido a la estafa del Príncipe Nigeriano: se aprovecha de los sentimientos humanos. En el caso del príncipe explotaban el deseo de hacerse rico y en este caso lo hacen con el miedo a vernos expuestos en una situación íntima en público", cuentan.

Además, explican que existen versiones algo más sofisticadas en las que el delincuente solo cuenta con un correo electrónico y una foto de perfil de la víctima, que saca de sus redes sociales. Una vez se han hecho con este material, amenazan por correo a la víctima con enviar una imagen modificada con photoshop en la que esta aparezca realizando algún acto impropio o en una posición comprometida que, aunque falsa, sirve para hacer presión por el miedo al qué dirán, en caso de cumplir su amenaza.

"La gente tiene que tomar conciencia de lo que supone internet y, por ejemplo, no estar compartiendo su correo electrónico en foros y otras webs porque éste es susceptible de emplearse con estos fines. Nuestra dirección de correo electrónico debería ser algo que solo conozca la gente de nuestro entorno y no algo que compartir a la ligera", comentan.

En definitiva, explican, se trata de un problema que va más allá de la persecución de un delito y que pone de relieve lo necesario que resultaría la construcción de una ética y unos valores de Internet porque no todo empleo de la tecnología es necesariamente bueno en nuestro mundo global. "Lo que ocurre es que primero tendremos que decidir cuáles sonesos valores antes de poder enseñarlos".

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