Y después del ‘smartphone’... ¿qué vendrá?
¿Un reloj? ¿Unas gafas? ¿Unos lentes de contacto? ¿Qué seguirá al teléfono inteligente, el dispositivo de consumo más vendido en todo el mundo?
Aunque los mayores fabricantes, como Apple y Samsung, presentan nuevos teléfonos con más funcionalidades y un mejor rendimiento, se han desacelerado las ventas de smartphones. La esperanza de la industria es que la llegada de redes de quinta generación (5G), nuevos materiales o los avances en la realidad virtual y aumentada revitalicen el mercado.
Pero algunos analistas sostienen que a lo mejor algo completamente diferente puede suplantar el teléfono inteligente. La fundadora de Future Today Institute, Amy Webb, dijo en su informe sobre tendencias tecnológicas que 2018 “marca el comienzo del fin de los smartphones tradicionales” y que se asoma una transición hacia una nueva era de la computación y los dispositivos conectados basada en la voz, gestos y toques.
“La transición de los teléfonos a interfaces invisibles para vestir –auriculares con sensores biométricos y parlantes; anillos y brazaletes que detectan el movimiento; gafas inteligentes que graban y muestran información– cambiará para siempre la forma como experimentamos el mundo físico”, escribió.
Otros analistas estiman que el teléfono inteligente no está desapareciendo aún y no lo hará en el corto plazo, incluso si el mercado se está frenando.
“El teléfono inteligente no va a desaparecer, pero podría cambiar su aspecto y su factor de forma”, dice David McQueen, analista de dispositivos conectados de ABI Research, y agrega que “el mercado de smartphones todavía tiene para muchos años”.
McQueen afirmó, en un informe reciente, que la industria móvil está evolucionando a dispositivos con experiencias de manos libres, alimentadas por inteligencia artificial, realidad mixta y control de gestos. Los nuevos dispositivos también ofrecerán características biométricas mejoradas, como el reconocimiento facial, y cambios como las pantallas plegables.
Se espera que las ventas mundiales de smartphones se contraigan un 0,7 % en 2018, a 1.455 millones de unidades, según la empresa de investigación IDC. Aunque la propia firma considera que el mercado de teléfonos inteligentes se recuperará y prevé que en 2022 alcance los 1.646 millones de unidades.
El mercado podría ganar impulso en 2019 con el 5G y una posible aparición de los primeros dispositivos con pantallas plegables o flexibles, según Bob O’Donnell, fundador de Technalysis Research. “La gente ha estado hablando sobre ellas (pantallas plegables) durante algún tiempo, y creo que al fin podremos ver las primeras versiones comerciales el próximo año. Será interesante porque abre la posibilidad de una pantalla más grande en un dispositivo más pequeño”, agregó.
O’Donnell sostiene que los smartphones siguen siendo los preferidos por los consumidores no obstante la llegada de nuevos dispositivos, como los altavoces inteligentes. Aunque considera probable que las próximas innovaciones sean dispositivos incluso más ‘inteligentes’ que la generación actual, con inteligencia artificial incorporada.
“Si tienes chips de IA integrados en el dispositivo, podrías hacer muchas cosas sin una conexión de red”, explicó O’Donnell.
Para el analista, la competencia entre las compañías tecnológicas se centra hoy en los asistentes digitales inteligentes, como Alexa, de Amazon; Assistant, de Google; Siri, de Apple ,Bixby, de Samsung, y otros. Esto se está convirtiendo en una “batalla sobre plataformas que podrían influir en el mercado”, según O’Donell, quien señaló que algunas cosas podrían cambiar si Amazon se convierte en el actor dominante, ya que produce una gran variedad de dispositivos pero no teléfonos inteligentes. No está claro qué tipo de aparato querrán los consumidores, pero “en definitiva, se va a parecer mucho a un smartphone”.
Ecosistemas, no dispositivos
Una fuerza de innovación podría provenir de fabricantes como Google y Amazon, que para algunos observadores tienen con qué liderar la nueva era de los smartphones al disponer de ecosistemas vinculados en los que las personas pueden comunicarse, consultar información y, sobre todo, consumir.
Es, por supuesto, la apuesta que por años ha formado Apple, que construyó el éxito de su iPhone a través de las aplicaciones, películas, canciones y otros servicios disponibles en su plataforma. Samsung, a su vez, confía en aprovechar el ecosistema Android, pero agregándole un toque propio: los electrodomésticos que la misma marca fabrica y pueden convertirse en parte de hogares inteligentes en los que el smartphone es el cerebro.
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