Los #bots en redes sociales, sospechosos y culpables de la difusión de noticias falsas

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Un estudio analiza de forma sistemática más de 14 millones de tuits con afirmaciones hechas en sitios de noticias falsas para comprobar cómo se propaga la desinformación a través de redes sociales.
 
Las noticias falsas y la forma en que se propagan por las redes sociales están emergiendo como una de las grandes amenazas para la sociedad contemporánea. En los últimos tiempos, las noticias falsas se han utilizado para alterar el mercado de valores, lograr que las personas elijan opciones de salud peligrosas y manipular elecciones, incluidas las presidenciales del año pasado en los Estados Unidos.
 
Claramente, existe una necesidad urgente de limitar la difusión de noticias falsas y la desinformación. Lo que plantea una pregunta importante: para empezar, ¿cómo se difunden las noticias falsas?
 
Hoy tenemos una especie de respuesta gracias al trabajo del investigador de la Universidad de Indiana en Bloomington (EEUU) Chengcheng Shao y su equipo. Por primera vez, estos investigadores han estudiado sistemáticamente cómo se difunden las noticias falsas en Twitter. Su trabajo ofrece una ventana única a este turbio mundo y sugiere estrategias claras para controlar esta epidemia.
 
El problema de las noticias falsas y engañosas -la desinformación- está claramente sobre la mesa. La práctica se ha generalizado tanto que ya han surgido un cierto número de organizaciones independientes dedicadas a verificar hechos y determinar la veracidad o no de la información en internet. Entre ellas. snopes.com, politifact.com, y factcheck.org.
 
Estos sitios identifican 122 páginas web que publican regularmente noticias falsas. Esas páginas informativas incluyen infowars.com, breitbart.com, politicususa.com, y theonion.com. "No excluimos la sátira porque muchas fuentes de noticias falsas etiquetan su contenido como satírico, lo que dificulta la distinción", escriben Shao y sus colaboradores.
 
Shao y compañía monitorizaron cerca de 400.000 afirmaciones vertidas en estos sitios web y estudiaron cómo se propagaron a través de Twitter. Lo hicieron tras recolectar unos 14 millones de tuits en los que se mencionaban esas ideas.
 
Al mismo tiempo, el equipo supervisó unas 15.000 historias escritas por las organizaciones de verificación de hechos y más de un millón de publicaciones en Twitter que las mencionaban.
 
Después, Shao y sus colaboradores se fijaron en las cuentas de Twitter que compartían y difundían las noticias hasta recoger cerca de los 200 tuits más recientes de cada cuenta. De esta manera, el equipo podría estudiar su comportamiento en la red social y averiguar si era más probable que la cuenta la manejara un humano o un bot.
 
Tras juzgar la autoría de cada cuenta, el equipo estudió finalmente la forma en que humanos y bots comparten noticias falsas y noticias contrastadas.
 
Para hacer todo esto, el equipo desarrolló dos plataformas en línea. La primera, llamada Hoaxy, rastrea las afirmaciones hechas en noticias falsas, y la segunda, Bolometer, determina si una cuenta de Twitter es más probable que esté controlada por un humano o un bot.
 
Los resultados de este trabajo tiene una lectura interesante. "Las cuentas que propagan activamente la desinformación son significativamente más propensas a ser bots", afirman Shao y los coautores. "Los bots sociales juegan un papel clave en la difusión de noticias falsas".
 
Shao y compañía aseguran que los bots juegan un papel particularmente significativo en la difusión de noticias falsas poco después de su publicación. Es más, estos robots están programados para dirigir sus tuits a usuarios influyentes. "Las cuentas automatizadas son particularmente activas en las primeras fases de propagación de las afirmaciones virales, y tienden a dirigirse a los usuarios influyentes", afirman Shao y sus colegas.
 
Es una estrategia inteligente. Es mucho más probable que la información se vuelva viral cuando pasa a través de nodos altamente conectados en una red social. Así que dirigirse a estos usuarios influyentes es clave. Los seres humanos pueden ser fácilmente engañados por cuentas automatizadas y sin querer pueden contribuir a la difusión de noticias falsas (algunos humanos lo hacen a propósito, por supuesto). "Estos resultados sugieren que la contención de los bots sociales puede ser una estrategia eficaz para mitigar la propagación de la desinformación en línea", apuntan Shao y coautores.
 
Es una conclusión interesante, pero no está claro cómo podría hacerse. Una forma sería prohibir ciertos tipos de bots sociales. Pero esta es una vía plagada de dificultades. Hay muchos bots sociales que desempeñan un papel importante en la difusión de información legítima. Y la legislación no traspasa las fronteras internacionales. Dada la forma en que las potencias extranjeras han manipulado la difusión de noticias falsas, es difícil ver cómo podría funcionar.
 
Sin embargo, la difusión de noticias falsas es una importante y legítima fuente de preocupación pública. Comprender cómo se propagan es el primer paso para abordarla.
 
 
 
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