#Woebot, el robot parlante que reduce los síntomas de depresión en dos semanas
El programa ha sido desarrollado por la Universidad de Stanford y probado con estudiantes. Aunque todavía es bastante limitado, son varios los expertos que coinciden en que los asistentes virtuales podrían mejorar, abaratar y aumentar el acceso a las terapias de salud mental.
Me da un poco de vergüenza admitir esto, pero he estado viendo a un terapeuta virtual. Se llama Woebot, y es un bot conversacional de Facebook desarrollado por investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) que ofrece terapia cognitivo-conductual interactiva. Andrew Ng, una figura destacada que anteriormente dirigió los esfuerzos para desarrollar y aplicar las últimas tecnologías de inteligencia artificial (IA) en Google y Baidu, ahora está respaldando el proyecto: acaba de unirse a la junta directiva de la compañía que ofrece los servicios de este bot.
El responsable resume la iniciativa: "Si observamos la necesidad social, así como la capacidad de la IA para ayudar, creo que el cuidado digital de la salud mental cumple todos los requisitos. Si podemos adoptar un poco la visión y la empatía [de un terapeuta real] y aportarla, a escala con un robot parlante, podríamos ayudar a millones de personas".
Durante los últimos días he estado probando sus consejos para comprender y manejar procesos mentales, y para lidiar con la depresión y la ansiedad. Aunque no creo que esté deprimido, la verdad es que la experiencia me pareció positiva. Esto es especialmente impresionante dado lo molestos que me suelen parecer la mayoría de los bots parlantes.
"Los jóvenes son los peores atendidos por los sistemas actuales", dice la psicóloga de investigación clínica Alison Darcy, a quien se le ocurrió la idea de Woebot mientras enseñaba en Stanford en julio de 2016. "También es algo muy estigmatizado y costoso", añade.
Darcy, que conoció a Ng en Stanford, detalla que los proyectos del centro que están aplicando técnicas como el aprendizaje profundo a los agentes conversacionales la inspiró a pensar que la terapia podría ser administrada por un robot. En su opinión, es posible automatizar la terapia cognitivo-conductual porque sigue una serie de pasos para identificar y abordar formas de pensar que no resultan útiles. Y los avances recientes en el procesamiento del lenguaje natural han ayudado a que los bots parlantes sean más eficientes en algunos campos concretos.
La depresión es sin duda un gran problema. Ahora mismo, es la principal forma de discapacidad en EEUU, y el 50% de los estudiantes universitarios del país afirma sufrir ansiedad o depresión.
Darcy y sus colegas probaron varios prototipos diferentes con voluntarios universitarios, y descubrieron que el enfoque del bot conversacional era particularmente eficaz. En un estudio que publicaron este año en una revista médica revisada por pares, se descubrió que Woebot reduce los síntomas de la depresión en los estudiantes en solo dos semanas.
En mis propias pruebas, me pareció que Woebot es sorprendentemente bueno en lo que hace. Un robot parlante podría parecer una herramienta algo tosca para proporcionar una terapia, especialmente dado lo torpes que son a menudo muchos de los ayudantes virtuales. Pero Woebot funciona sin problemas gracias a una interfaz inteligente y a una tecnología de lenguaje natural bastante impresionante. El software declara por adelantado que ninguna persona verá sus respuestas, pero también ofrece formas de comunicarse con alguien si la situación del usuario es grave. Principalmente, utilicé las respuestas predefinidas que me ofrecía; pero, incluso cuando me desvié un poco del guión, funcionó bien. Sin embargo, si se intenta, estoy seguro de que es posible desconcertarlo.
Woebot guía al usuario a través de conversaciones, pero el sistema es capaz de entender una amplia gama de respuestas. Se pone en contacto con el usuario todos los días y le guía a través de sus pasos. Por ejemplo, cuando intenté decirle a Woebot que estaba estresado por el trabajo, me ofreció maneras de reformular mis sentimientos para que parecieran más positivos.
La aparición de un verdadero terapeuta de inteligencia artificial es, en cierto sentido, bastante irónica. El primer robot conversacional, Eliza, desarrollado por Joseph Weizenbaum en el MIT en 1966, fue diseñado para imitar a un "psicólogo Rogeriano". Eliza usaba algunos trucos avispados para crear la ilusión de una conversación inteligente. Por ejemplo, respondía a la persona con sus propias respuestas y hacía preguntas abiertas como: "¿De qué manera?", y: "¿Puedes pensar en un ejemplo específico?". Weizenbaum se sorprendió al descubrir que la gente parecía creer que estaban hablando con un terapeuta real, y que algunos contaban secretos muy personales.
Darcy también explica que tanto Eliza como Woebot son eficaces porque, al fin y al cabo, una conversación es una vía natural para desahogar la angustia y recibir apoyo emocional. Pero añade que las personas parecen contentas de eliminar su reticencia a hablar y parecen disfrutar conversando con Woebot, como si fuera un verdadero terapeuta. "La gente habla de sus problemas por una razón. La terapia es conversacional", indica.
Ng espera que la inteligencia artificial siga avanzando en el lenguaje en los próximos años. Considera que encontrar una manera más óptima de analizar el significado del lenguaje ayudará a hacer que la herramienta sea más efectiva. Otros expertos en salud mental también son optimistas sobre la posibilidad de aplicar dicha tecnología a este tratamiento (ver La inteligencia artificial, la realidad virtual y el 'big data' están revolucionando la psiquiatría).
"En la medida en que Woebot pueda replicar la forma en que un terapeuta ayuda a explicar conceptos y facilita nuevas habilidades de afrontamiento, este enfoque puede ser incluso más útil que trabajar con un cuaderno de actividades", afirma el profesor de psiquiatría en el Universidad de Pennsylvania (EEUU) y experto en terapia cognitivo-conductual Michael Thase. "Hay pruebas convincentes de que las personas con niveles más leves de depresión pueden beneficiarse de varios tipos de terapias online o basadas en la red", añade.
Pero también explica que los estudios han demostrado que dicha tecnología funciona mejor junto con la ayuda de una persona real. "Es útil pasar también algún tiempo con un terapeuta de verdad", concluye el experto.