El primer #dron antidroga incauta 700 kilos de cocaína en su segundo día de trabajo
En Colombia, la producción actual de coca (Erythroxylum coca) ha alcanzado su máximo histórico y el país está exportando cocaína como nunca.
Se estima que en 2016 el país generó 710 toneladas métricas de cocaína. Dado este auge productivo, no sorprende que se estén incautando cantidades nunca vistas alta mar de camino al mercado estadounidense. El año pasado, la Guardia Costera de Estados Unidos confiscó 221 toneladas métricas de la droga, un máximo histórico.
Pero la Guardia Costera cree que por cada barco narcotraficante que localiza, cuatro logran pasar. Así que con unos 15,5 millones de kilómetros cuadrados de océano a patrullar en el Pacífico este, el Caribe y el golfo de México, y tan sólo cinco barcos grandes con los que trabajar, la agencia está recurriendo a la tecnología para ampliar su alcance.
Durante una estancia de dos semanas a bordo del cúter Stratton de la Guardia Costera de EEUU en el océano Pacífico por la costa de Sudamérica, un reportero de Associated Press fue testigo del primer despliegue de un dron ScanEagle para la vigilancia de drogas.
El aparato no tardó demasiado en ofrecer resultados. Durante su segundo día de trabajo, detectó una embarcación sospechosa. Un pequeño barco lanzado desde el Stratton la interceptó sin resistencia, entregando los 700 kilogramos de cocaína que transportaba. En la calle, eso podría valer unos 100 millones de euros.
Convertir los barcos de las guardias costeras en plataformas de lanzamiento y estación base de drones, o "portadrones", podría mejorar mucho su efecto en alta mar. Y está demostrado que este efecto multriplicador de potencia de rastreo es necesario. En un informe publicado en marzo, el Departamento de Estado de EEUU calculó que el 97% de la cocaína que entra en el país procede de contrabando de Sudamérica, primero a bordo de "transportes marítimos no comerciales" de todo tipo, desde barcos pesqueros hasta submarinos caseros.
Colombia, mientras tanto, se enfrenta a la mayor cosecha de coca de la historia. En 2015, el Gobierno colombiano paralizó la fumigación aérea de herbicidas dirigidas a erradicar la coca debido a preocupaciones de que la exposición al glifosato (también conocido como Roundup) estuviera provocando un aumento de la tasa de cáncer. Los agricultores también se apresuraron a plantar coca para poder optar a un programa gubernamental que recompensa generosamente a los cultivadores que destruyan sus plantas. Como resultado, la zona de cultivo se ha ampliado masivamente, hasta alcanzar aproximadamente 465.000 hectáreas en 2016.
Parece poco probable que soluciones tecnológicas consigan evitar que toda esta cocaína llegue al mercado. Como señala The Washington Post, a pesar de las incautaciones récord, el precio de la droga en la calle se ha desplomado, lo que sugiere que un gran suministro sigue esquivando los controles.