El futuro que soñaban nuestros padres y abuelos era muy diferente al que imaginamos ahora. Porque hasta la imaginación está limitada por la tecnología de la época. Así creían que sería el mundo del mañana en los años setenta.
Imaginar el futuro. Todos lo hacemos, pero es una ilusión. Creemos predecir lo que ocurrirá dentro de 50 o 100 años, pero lo único que estamos haciendo es proyectar el presente que conocemos. Por eso los futuros son tan diferentes según la década en que los imaginaron. Así era la tecnología del futuro en los años setenta.
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